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Para que podamos capturar o registrar una imagen con nuestra cámara, y que ésta ofrezca una información lo más completa posible, es necesario intervenir en las distintas variables que actúan en el proceso de captura. Como antes habíamos señalado, usaremos nuestra cámara en modo manual (M).
Para que la imagen se registre de la mejor manera, hay que considerar los siguientes aspectos:
1- Ajustamos el valor ISO en función de la iluminación de la escena, de manera que seleccionaremos un valor más alto, cuanto menor sea la luminosidad de la escena. Hay que tener en cuenta que cuanto más bajo sea este valor, mejor calidad ofrecerá la imagen, pero también necesitaremos tiempos de exposición más largos; y cuanto más alto sea este valor, más ruido aparecerá en la imagen, y tendrá peor definición, aunque los tiempos de exposición serán más rápidos.
Ejemplos:
- Valor ISO 100 - La imagen ofrecerá mejor calidad y necesitaremos tiempos de exposición más largos.
- Valor ISO 1600 - Aparecerá ruido en la imagen, con lo que ofrecerá peor calidad y definición, aunque podremos usar velocidades de obturación más rápidas.
2- Ajustamos la apertura de DIAFRAGMA en función de la luz que observamos en la escena, abriéndolo siempre que la luz sea escasa o cuando pretendamos realizar un enfoque selectivo; o cerrándolo si por el contrario la luz es suficiente, o pretendemos capturar mayor profundidad de campo.
Ejemplos:
- Menor profundidad de campo, f/1.4 – f/2– f/4
- Mayor profundidad de campo, f/11 – f/16 – f/22
3- Ajustamos la VELOCIDAD DE OBTURACIÓN en función de la luz que observamos en la escena, cuyo valor nos lo indicará el fotómetro. Aunque también atenderemos a si el sujeto de la escena está en movimiento, y si nos interesa congelar el movimiento o por el contrario queremos registrarlo.
Para seleccionar la velocidad de obturación correcta, dirigimos el objetivo a la escena que nos interesa, y pulsamos el disparador a medio recorrido. De este modo el fotómetro de nuestra cámara se activa y medirá la luz reflejada de la escena. Giraremos el selector de velocidad observando el dispositivo de referencia que aparece en nuestro visor, en la parte de debajo. Podremos ajustar la velocidad al punto que el fotómetro nos indica como correcto en función de la ISO y apertura de diafragma seleccionados previamente.
Si llega demasiada luz al sensor, la foto quedará sobreexpuesta, es decir, demasiado clara.
Si llega muy poca luz la fotografía quedará subexpuesta, lo que implica que aparezca demasiado oscura.
Procuraremos que nunca quede ni con valor negativo ni con un valor positivo, hay que ajustarlo al valor cero, a no ser que queramos sobreexponer o subexponer deliberadamente.
También tendremos en cuenta que no siempre encontraremos en la escena una iluminación homogénea, y en muchas ocasiones nos tropezaremos con una escena con una iluminación muy contrastada: una zona con mucha luz y otra zona con poca, y en este caso tenemos tres opciones:
a) Ajustarla a la zona más iluminada con lo cual esa zona se registrará bien pero la zona que estaba menos iluminada aparecerá oscura.
b) Ajustarla a la zona en sombra, con lo cual esa zona nos saldrá bien pero la zona con mayor iluminación, se registrará muy clara o quemada como se dice en la jerga fotográfica.
c) La tercera opción consiste en ver los valores de la zona oscura y los valores de la zona clara y seleccionar un valor intermedio, con lo que obtendremos información tanto en las sombras como en las luces.
Cuando se capturan fotografías con la cámara en mano, como será lo más habitual, necesitaremos una velocidad de obturación lo bastante rápida como para evitar que su movimiento malogre la imagen, esto es una vel. obt. igual o mayor a 1/60 seg normalmente.
Por otro lado, cuando usemos un objetivo zoom o tele, tendremos en cuenta que cuanto más zoom hagas, más rápida tendrá que ser la obturación para que la imagen no salga movida.
4- El ENFOQUE es preferible usarlo en modo manual que automático, para tener más control sobre la fotografía.
En modo manual lo ajustaremos con el anillo de enfoque del objetivo; y en el caso que estemos usando el enfoque automático: al pulsar el botón de disparo hasta la mitad, enfocará la cámara según el método de enfoque que tengamos seleccionado (punto único, ponderado o AF completo), en este último caso al mirar por el visor y apretar hasta la mitad del disparador, se verá cómo parpadean distintos puntos de enfoque automático (AF) cuando logran enfocar el objeto encuadrado.
El archivo en bruto de la captura fotográfica se denomina RAW, lo que sería nuestro negativo digital. Este archivo contiene toda la información de la captura sin comprimir. Y es el formato que nos interesa si posteriormente vamos a editar la imagen, ya que al partir del archivo en bruto, los resultados de la edición ofrecerán mayor calidad técnica.
Sin embargo, este formato, genera archivos muy pesados, con lo que nuestra tarjeta de memoria podría ocuparse completamente con pocas fotografías (dependiendo de la capacidad de ésta), por lo que podremos seleccionar otro tipo de formato de archivo en el menú de nuestra cámara, en el ítem Calidad de imagen, encontrándonos con opciones de archivo en jpeg con diferente calidad: baja, media y alta. Aunque si elegimos alguna de estas opciones, debemos saber que cualquier edición del archivo, destruirá información, con lo que empeorará la calidad de la imagen.
Aunque vamos a intervenir en las distintas variables en modo manual, en el caso del Balance de blancos [1], vamos a seleccionar la opción de Automático, ya que más tarde podremos editar este valor con el software de edición de imagen.
La captura correcta de la imagen fotográfica
El indicador señala que la la vel. obt. sleccionada es la óptima para registrar correctamente la imagen.
El indicador desplazado hacia los puntos con el signo +, indica que la vel. obt. es demasiado lenta y la imagen se sobreexpondrá.
El indicador desplazado hacia los puntos con el signo -, indica que la vel. obt. es demasiado rápida y la imagen se subexpondrá.
[1] Es una opción para ajustar mediante software, una reproducción de color correcta, sin mostrar dominantes de color, que suelen apreciarse en los tonos neutros (el blanco y los distintos tonos de gris), independientemente del tipo de luz que ilumina la escena. Alterarlo no supone ninguna degradación de la imagen. (MELLADO, JOSÉ MARÍA. “Fotografía de alta calidad. Técnica y método”, 2010).